Alimentación saludable
Podemos obtener silicio de muchas fuentes vegetales. Destacan los cereales integrales (arroz, avena, cebada, centeno, trigo), la judía verde, el pepino (con la piel), el apio, el rábano, el plátano, las setas, las lentejas rojas, los frutos secos, las zanahorias, las espinacas, la uva (con piel), el mango, la piña, las semillas y especias como el cilantro.
El mijo marrón es el alimento con más silicio, la cerveza también es una buena fuente de silicio, para muchos hombres la principal. De hecho es seguramente la causa de que en las estadísticas obtengan más silicio que las mujeres.
Pero la realidad es que nuestro organismo absorbe sólo una pequeña parte de silicio, la causa principal es nuestra flora intestinal, no sintetiza correctamente el silicio de los alimentos debido a medicamentos, permeabilidad intestinal, abuso de harinas refinadas y procesados etc...
También influyen en ese hecho los bajos niveles de silicio que contienen los alimentos debido a monocultivos y la desmineralización de los suelos de cultivo.
El cultivo intensivo de vegetales, granos, legumbres con abonos sintéticos, plaguicidas y herbicidas, etc., ha reducido considerablemente la flora microbiana del humus que se encarga de solubilizar el silicio de los silicatos del suelo, para las plantas. Este es un hecho preocupante y reconocido por todos los agrónomos. Las plantas de los cultivos actuales tienen menos silicio. Por ello sus cutículas son más débiles y vulnerables a las plagas. Los tratamientos con plaguicidas para acabar con ellas, perjudican más a la flora del humus. Una espiral nefasta.
Por eso, es recomendable a partir de los 40 años añadir a nuestra dieta un suplemento de silicio orgánico biodisponible y de calidad.