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¿Artritis o Artrosis?

Existen diferencias importantes en el origen de cada una de ellas.

La Artritis es la inflamación de las articulaciones, que son las zonas del organismo donde se unen dos huesos, tales como los codos, los nudillos de las manos y las rodillas, y se caracteriza por dolor, hinchazón y sensación de entumecimiento o rigidez en ellas. Estos síntomas pueden durar solo unos días o semanas, es decir, tratarse de Artritis aguda, o bien, durar meses o años, con lo que se hablaría de Artritis Crónica.

La artritis reumatoide es una enfermedad en la cual el sistema inmunitario ataca las articulaciones, comenzando con el revestimiento de estas por lo que el proceso de reparación no tiene lugar adecuadamente y el cartílago se destruye.

Existen más de 100 tipos diferentes de artritis y enfermedades asociadas, entre las que se incluyen enfermedades que afectan los huesos, los músculos, las articulaciones y los tejidos que las sostienen.

La Artrosis es una enfermedad reumática, crónica y degenerativa, de curso progresivo, que se produce cuando se desgasta el cartílago que se encuentra en el interior de las articulaciones para protegerlas (el cartílago es el tejido que recubre el hueso y actúa de amortiguador).

Actualmente, se sabe que, además de al cartílago, la artrosis afecta a toda la articulación: al hueso bajo el cartílago, los ligamentos, la cápsula articular, al músculo que rodea la articulación o a los meniscos. Por otra parte, hay que tener en cuenta que el cartílago ejerce una importantísima misión para redistribuir la carga de la articulación y amortiguar el roce de los huesos que la componen, por lo que su desgaste implica el mal funcionamiento de la articulación afectada.

 

Síntomas

El origen de cada una de estas enfermedades es diferente y aunque pueden compartir algunos síntomas, otros son diferentes.

 

  • Dolor

  • Rigidez

  • Hinchazón

  • Enrojecimiento

  • Disminución de la amplitud del movimiento

Causas y factores de riesgo

 

Deficiencia de nutrientes: La falta de vitaminas, oligoelementos y otros nutrientes puede causar problemas osteoarticulares.


Acidez corporal: El equilibrio ácido-base del cuerpo se ve a menudo alterado por nuestros estilos de vida y dietas occidentales, que son particularmente ricas en sustancias acidificantes. Un organismo neutro o ligeramente alcalino asegura el correcto funcionamiento del cuerpo y nos mantiene sanos. De hecho, excepto en el estómago, todas las reacciones químicas en el cuerpo sólo se producen con un pH neutro o ligeramente alcalino. A medida que el pH disminuye, los niveles de acidez se elevan y se acumulan en los tejidos, que finalmente se irritan y se lesionan. La sangre, con el fin de neutralizar el exceso de ácidos y recuperar un pH equilibrado, utiliza las reservas de nutrientes de los órganos vitales, lo que conduce a una grave disfunción.


Sobrepeso: El exceso de peso expone a las articulaciones a un desgaste mecánico prematuro.

 

Traumatismos: Cuando nuestro cuerpo sufre lesiones traumáticas, como fracturas, golpes o inflamaciones de cualquier tipo, las articulaciones se debilitan. Como resultado, la recuperación nunca es completa y el cartílago tiende a deteriorarse más rápidamente.


Esfuerzos: La práctica de deportes de alto nivel o incluso de trabajos muy físicos conduce a esfuerzos intensos y a veces excesivos que pueden ser perfectamente responsables de lesiones y traumatismos en las articulaciones.


Estilo de vida no saludable: El consumo de tabaco y alcohol afecta especialmente a los huesos, los cartílagos, el corazón y los pulmones.


Edad: La recuperación de los tejidos disminuye con la edad. Este es, por supuesto, otro factor importante a tener en cuenta, ya que es responsable del agravamiento de muchos problemas osteoarticulares, incluso si es posible controlarlos con complementos alimenticios.

Consejos naturales

 

Se han obtenido extraordinarios resultados, con la toma periódica de silicio orgánico. Es importante hacer un tratamiento constante, regular, durante varios meses, ya que las mejoras son progresivas. Sobre articulaciones mayores y menores (rodillas, caderas, hombros y manos, pies, tobillos y codos), recomendamos la toma oral de 30 a 60ml  y acompañado de la aplicación de gel 3-4 veces al día suele ser suficiente para empezar a notar en unos días disminución de las molestias.

La duración del tratamiento puede variar según la localización y la importancia de los dolores. Al cabo de un periodo lo suficientemente largo de toma oral puede producirse un aumento de la densidad ósea y cartilaginosa, ayudando a regenerar y reforzar el tejido conectivo en general.

En enfermedades auto inmunes como artritis o espondilitis anquilosante, toma oral acompañado eventualmente de aplicación de gel. Normalmente en un periodo que suelen ir de unos días a tres meses, se suele producir un alivio sintomático que por lo general se mantiene estable y permite al paciente dormir mejor por las noches, recuperar movilidad y disminuir el dolor en las articulaciones.

Dolores articulares, artritis, poliartritis, artrosis, reumatismos, osteoporosis, descalcificacion, enfermedad de dupuytren, algodistrofia, espondilitis anquilosante y más patologías pueden experimentar mejoras mediante la toma de Silicio orgánico.

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